En
algún momento, casi todo el café estadounidense se vendía como grano
verde. La gente compraba a granel y se ocupaba de tostarlo. El café se
vendía en grandes recipientes en donde fuese que provenía el café. El
cambio se produjo con el advenimiento de las tostadoras de café a escala
comercial y la venta de café ya empaquetado a fines del siglo XIX.
El
café se convirtió en un producto estándar y de uso diario, de repente
el dinero provenía no sólo del café sino de las marcas de café. Por
ejemplo, el café Arosia, tostado, de Arbuckle era la marca que elegían
los vaqueros del Lejano Oeste.
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