El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, del cual mucho se ha dicho al respecto, sin llegar a conclusiones unánimes.
Anteriormente, el consumo de café era desaconsejado en personas hipertensas, pero en la actualidad, muchos son los estudios que resaltan sus propiedades positivas para la salud cardiovascular, sin llegar una única conclusión en cuánto a su influencia en la presión arterial.
El consumo moderado de café a diario (alrededor de 3 tazas por día), no es igual que consumir cafeína mediante pastillas, ya que el café contiene otras sustancias entre los que se encuentran antioxidantes, flavonoides, polifenoles y hasta ácidos grasos, por eso, nos dedicaremos a hablar del café que acostumbramos a beber y no de la cafeína.
La ingesta de café produce un efecto estimulante del sistema nervioso central y puede generar nerviosimo y ansiedad en quienes no están acostumbrados a su consumo. Por esta razón, el café se asocia mayores niveles de presión arterial, sobre todo, en quienes consumen café sin estar acostumbrados a hacerlo.
A corto plazo, el consumo de café, con o sin cafeína, puede elevar las cifras de presión arterial, pero a largo plazo, cuando se supone que eleva el riesgo de padecer hipertensión, no se han encontrado resultados contundentes.
Incluso, parece tener mucho que ver la idiosincrasia del individuo, es decir, en algunas personas podría elevar la presión mientras que en otras no. Lo mismo ocurre con el rendimiento físico, por lo que, antes de utilizar café con fines ergogénicos, lo ideal es comprobar su efecto en el organismo.
Las personas hipertensas, simplemente por ser más vulnerables a los cambios de presión arterial, debería consumir café con moderación y quienes son individuos sanos, no se verán perjudicados si de forma aguda, una taza de café eleva un poco su presión arterial, ya que lo importante es que, ese incremento no es riesgoso para la salud a largo plazo.
Particularmente, el consumo de café no me sienta bien, siento mucho su estimulación sobre el sistema nerivoso central y generalmente, me provoca insomnio. Por eso, lo fundamental aquí es conocer cuál es el efecto que tiene en nuestro organismo antes de utilizarlo y saber, que muchos estudios han constatado su influencia positiva sobre la salud cardiovascular, sin llegar a ser un factor de riesgo de hipertensión arterial.
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