En España tenemos el privilegio de ser los primeros en Europa en consumir masivamente este revitalizante elixir, desde que lo inventaran los árabes (en su famosa forma “arábica”) entre los siglos XIV y XV, elaborado de unos frutos que crecían silvestres por tierras abisinias (Etiopía). Seguramente Boabdil, en su palacio de Granada, podía elegir ya entre té o café, cuando recibía a la embajada de turno. Por eso, por ser uno de los países más consumidores tradicionalmente, también la oferta es amplísima. El Black Blend de Guilis es una mezcla exquisita, con sede en Alcorcón desde 1928. Otro de los mejores cafés de España es el Gran Expreso Premium de Saula, de Barcelona, con una selección de granos provenientes de cultivo ecológico.
Fuente: http://goo.gl/4SWnXr
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