Actualmente, debido a la mejora de las comunicaciones y de los transportes, el mundo parece mucho más pequeño que antes y casi todo es accesible sin que importen las distancias. Es curioso, sin embargo, lo mucho que el comercio del café sigue transitando las viejas rutas coloniales. La explicación debe buscarse en las preferencias nacionales por diferentes tipos de café establecidas durante períodos en los que las potencias europeas apoyaban, o explotaban, sus propias colonias, bien usando plantas nativas de la colonia o introduciendo ciertos tipos de cosecha o de planta que se pudiesen aprovechar en la metrópolis.
Aunque el café, una mercancía lucrativa y muy buscada, no era nativo de una colonia, su cultivo era estimulado y apoyado.
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