El efecto de la cafeína no es el mismo para todos. Tomar varias tazas de café ayuda a las mujeres a enfrentarse a situaciones de estrés, pero hace que los hombres se vuelvan más inseguros y
que se demoren más en completar tareas, según revela una investigación
de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, publicada en la revista Journal of Applied Social Psychology.
En sus experimentos, Lindsay St Claire y sus colegas reclutaron a 64 hombres y mujeres con una media de edad de 22 años y los agruparon en parejas del mismo sexo. Su objetivo era examinar qué efecto provocaba el café en el organismo en una situación de estrés, en especial cuando se consume en grandes cantidades y en reuniones con mucha tensión. Tras beber café en unos casos y descafeinado en otros, cada pareja tenía que completar un conjunto de tareas, entre las que se incluyó resolver puzzles, memorizar y llevar a cabo una negociación. Para añadir estrés, se les indicó que tendrían que explicar en público estas tareas.
De este modo descubrieron que la habilidad de los hombres para actuar bajo presión empeoraba de forma notable si habían bebido café. En concreto, tardaban una media de 20 segundos más en completar puzzles que otros que tomaron descafeinado. Sin embargo, las mujeres que tomaban café completaban estos puzzles 100 segundos antes.
Los autores del estudio sugieren que los diferentes efectos del café en ambos sexos radican en que, ante el estrés, los hombres tienden a exhibir comportamientos más agresivos, de huída o lucha, mientras que las mujeres tienden a cooperar. La cafeína aumenta los niveles de dopamina, perjudicandoles a ellos y beneficiandolas a ellas en situaciones estresantes.
En sus experimentos, Lindsay St Claire y sus colegas reclutaron a 64 hombres y mujeres con una media de edad de 22 años y los agruparon en parejas del mismo sexo. Su objetivo era examinar qué efecto provocaba el café en el organismo en una situación de estrés, en especial cuando se consume en grandes cantidades y en reuniones con mucha tensión. Tras beber café en unos casos y descafeinado en otros, cada pareja tenía que completar un conjunto de tareas, entre las que se incluyó resolver puzzles, memorizar y llevar a cabo una negociación. Para añadir estrés, se les indicó que tendrían que explicar en público estas tareas.
De este modo descubrieron que la habilidad de los hombres para actuar bajo presión empeoraba de forma notable si habían bebido café. En concreto, tardaban una media de 20 segundos más en completar puzzles que otros que tomaron descafeinado. Sin embargo, las mujeres que tomaban café completaban estos puzzles 100 segundos antes.
Los autores del estudio sugieren que los diferentes efectos del café en ambos sexos radican en que, ante el estrés, los hombres tienden a exhibir comportamientos más agresivos, de huída o lucha, mientras que las mujeres tienden a cooperar. La cafeína aumenta los niveles de dopamina, perjudicandoles a ellos y beneficiandolas a ellas en situaciones estresantes.
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