Los ácidos grasos liberados por los músculos, en la presencia de cafeína, para sostener el trabajo de resistencia, tienen un efecto de sparring glicógeno-muscular. Así, el glicógeno puede ser usado fácilmente durante las ultimas etapas de un evento o entrenamiento, y el atleta será capaz de entrenarse por mas tiempo debido a la utilización de las reservas de energía de ácidos grasas más grandes.
Esto principalmente podría ser debido a uno de los metabolitos de la cafeína la paraxantina, y su capacidad de ayudar en la lipólisis. Se piensa que el período crítico en el ahorro de glicógeno ocurre en los primeros 15 minutos del ejercicio. Durante esta etapa, se ha demostrado que la cafeína disminuye la utilización de glicógeno en un 50 por ciento. También vale la pena notar que los eventos o sesiones de entrenamiento en los que existen mayores probabilidades de beneficiarse del consumo de cafeína son aquellos cuya duración es mayor a 40 minutos, en donde el atleta no se esfuerza al máximo.
Como se ha mostrado, la cafeína estimula el cerebro, y, por su parte, activa la rama comprensiva del sistema nervioso central, aumentando sentimientos de la atención. Como consiguiente, el cuerpo se somete a una transformación positiva en el sentido que se vuelve más armonioso para sus alrededores y es más rápido para responder.
Esto tiene implicaciones obvias para el atleta, de las cuales varias incluyen una reducción de la percepción en el esfuerzo físico durante el ejercicio o evento, mayor tiempo de reacción, movimientos más rápidos, y mayor conciencia.
La eficacia del ritmo cardiaco también es mejorada, como lo es el oxígeno y el flujo de nutrientes al cerebro. Éstos pueden contribuir todos a mejorar el nivel del atleta.
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