¿Curioso, eh? Pero no lo decimos nosotros. Este es el resultado de un estudio realizado por la Universidad de Barcelona en el que sometieron a nada más y nada menos que 668 voluntarios a un par de días de ingesta masiva de café para comprobar sus efectos sobre el organismo y la diferencia de como actuaba el mismo en el cuerpo de los hombres y en el de las mujeres y el resultado no fue el previsto, pues se creía que las mujeres eran bastante más susceptibles al efecto de la cafeína. El estudio reveló que café expresso anima y espabila a los hombres en apenas unos 10 minutos, mientras que las mujeres responden en menor medida y además tardan algo más de la media masculina en que este surja sus efectos. Dicen que los efectos podrían ser psicológicos pero resultó que el experimento también se realizó con café descafeinado y los resultados fueron similares.
El experimentó consistió en dar de beber un café con 100 miligramos de cafeína por taza y un descafeinado, con 5 mg por taza. Y se esperó a ver los efectos. De aquí dedujeron a la vista de los escáners cerebrales que, tanto hombres como mujeres, sus niveles de actividad mejoran con el consumo de cafeína en apenas 10 minutos. Se observó una disminución aparente de la sensación de fatiga y somnolencia, un aumento de la capacidad de procesamiento mental, un aumento en el riego coronario y fuerte acción vasodilatadora además de los ya conocidos efectos diuréticos que este provoca.
En resumidas cuentas, lo anteriormente expuesto son los efectos de la cafeína, ya sea consumida en café o en otro producto cualquiera. La cafeína logra su máxima concentración en la sangre después de 45 minutos, pero al menos la mitad de esa concentración ocurre en los primeros minutos. Y según los datos del estudio, ese efecto parece manifestarse con más fuerza en los hombres. Esto nos demuestra que efectivamente alimentos iguales provocan diferentes beneficios dependiendo del sexo del consumidor y que en tiempos de crisis, los hombres vamos a ahorrar más en café que las mujeres.
El experimentó consistió en dar de beber un café con 100 miligramos de cafeína por taza y un descafeinado, con 5 mg por taza. Y se esperó a ver los efectos. De aquí dedujeron a la vista de los escáners cerebrales que, tanto hombres como mujeres, sus niveles de actividad mejoran con el consumo de cafeína en apenas 10 minutos. Se observó una disminución aparente de la sensación de fatiga y somnolencia, un aumento de la capacidad de procesamiento mental, un aumento en el riego coronario y fuerte acción vasodilatadora además de los ya conocidos efectos diuréticos que este provoca.
En resumidas cuentas, lo anteriormente expuesto son los efectos de la cafeína, ya sea consumida en café o en otro producto cualquiera. La cafeína logra su máxima concentración en la sangre después de 45 minutos, pero al menos la mitad de esa concentración ocurre en los primeros minutos. Y según los datos del estudio, ese efecto parece manifestarse con más fuerza en los hombres. Esto nos demuestra que efectivamente alimentos iguales provocan diferentes beneficios dependiendo del sexo del consumidor y que en tiempos de crisis, los hombres vamos a ahorrar más en café que las mujeres.
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