El Mito
Existen dos leyendas o mitos árabes acerca del descubrimiento del café.
La primera cuenta que un pastor de Yemen llamado Kaldi, inquieto al ver que no llegaban las cabras al lugar donde hacia la guardia decide salir en su búsqueda. Las encuentra muy agitadas y llenas de energía. Intrigado por su comportamiendo, las sigue y constata que las cabras parece que disfrutan de los pequeños frutos rojos de un arbusto que crece abundante en la región.
Kaldi recoge unos cuantos y los lleva al monasterio de Chehodet. Los monjes preparan con ellos una cocción. Asombrados por el efecto exaltante del líquido, que los tiene despiertos durante las noches de oración, llaman a esta bebida “Kawah” en recuerdo del rey persa Kavus Kai que fue elevado al cielo en un carro alado.
La segunda leyenda escenifica al derviche Omar, conocido por su facultad de curar a los enfermos
por medio de la oración. En Moka (Yemen), su ciudad natal, se encontraba recluido en una gruta en el desierto, casi muerto de hambre. Vio unas bayas rojas en los arbustos que crecían a su alrededor. Los cogió y, encontrándolos demasiado amargos, los tostó y los hizo hervir para ablandarlos. Bebió el agua de la cocción y se sintió vigoroso. Después curó un viejo halcón que recuperó su rumbo revigorizado. Cuando la noticia de la curación llega a Moka, Omar regresa triunfante y se convierte en el santo patrón de la ciudad.
La única certeza concerniente a estas leyendas es la referencia permanente a la sensación de bienestar que se siente bebiendo este brebaje. Lo más seguro es que peregrinos que viajaban a La Meca llevaran frutos de café en sus viajes y que el brebaje llamado “vino de Arabia” se haya difundido pues el vino y otras bebidas excitantes están prohibidas por El Corán y por esta razón el café fue adoptado cultural y religiosamente.
por medio de la oración. En Moka (Yemen), su ciudad natal, se encontraba recluido en una gruta en el desierto, casi muerto de hambre. Vio unas bayas rojas en los arbustos que crecían a su alrededor. Los cogió y, encontrándolos demasiado amargos, los tostó y los hizo hervir para ablandarlos. Bebió el agua de la cocción y se sintió vigoroso. Después curó un viejo halcón que recuperó su rumbo revigorizado. Cuando la noticia de la curación llega a Moka, Omar regresa triunfante y se convierte en el santo patrón de la ciudad.
La única certeza concerniente a estas leyendas es la referencia permanente a la sensación de bienestar que se siente bebiendo este brebaje. Lo más seguro es que peregrinos que viajaban a La Meca llevaran frutos de café en sus viajes y que el brebaje llamado “vino de Arabia” se haya difundido pues el vino y otras bebidas excitantes están prohibidas por El Corán y por esta razón el café fue adoptado cultural y religiosamente.
Muy interesante no?
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