Todas las mezclas deben calcularse
en porcentajes de peso con un sabor o estilo determinado en mente, tanto
si la personalidad general de la mezcla ha de ser, un café afrutado, un
café suave para el desayuno, un café rico, denso, alibarado para tomar
después de comer; una mezcla baja en cafeína o una mezcla estimulante
con mucho robusta rico en cafeína, o tal vez un café de sabor intenso
que proporcione la base de un cóctel de café y alcohol.
Si
una mezcla tiene que usarse a menudo y se quiere que sea consistente,
hay que considerar la disponibilidad y asequibilidad de cada tipo
concreto de café a mezclar.
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