Para poder hablar del sabor en el café debemos conocer la ubicación de los sabores en la lengua:
Dulce
Caracterizado por las soluciones de azúcar, alcohol, glucosas y algunos ácidos. Percibidos primordialmente por la función papilar ubicada en la punta de la lengua.
Salado
Caracterizado por soluciones de cloro, bromo, yodo, nitratos y sulfatos. Percibidas primordialmente por la función papilar ubicada en los bordes laterales de la lengua.
Ácido
Caracterizado por soluciones de ácidos tartáricos, cítricos y málicos.
Percibidas primordialmente por la función papilar ubicada en los lados de la lengua. Los buenos cafés marcan su sabor y acidez en esta ubicación. Observación: No debemos confundir la acidez del café con la acidez de un limón, existen variantes en la acidez como son la astringencia, picante o un sabor agrio el cual puede ser característico del café cuando se encuentra sobre-fermentado causando un efecto negativo en el sabor. La fermentación que es una característica psitiva en el vino, es negativa en el café, producto del mal beneficiado de éste.
Amargo
Caracterizado por soluciones de quinina, cafeína y otros alcaloides. Percibidas primordialmente por la función papilar ubicada en la parte trasera de la lengua.
En el caso del Café hay una estrecha relación entre acidez y amargor, la cual es equilibrada siendo una característica del café arábica, la especie robusta presenta un fuerte componente amargo. Todos estos sabores se perciben en la lengua así como el aroma también hace su parte, pues existe una íntima relación entre el sabor y el aroma. Cuando comemos un alimento percibimos al mismo tiempo sensaciones en la lengua como en la nariz. Así mismo influye la temperatura de la bebida, mientras mas se acerque a la temperatura de nuestro cuerpo mejor podremos percibir y diferenciar cada sabor. Al final nos queda una plena sensación y equilibrio entre acidez y amargor aromáticos.
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