- Mantener el menor espacio de aire posible entre la parte superior del café y la tapa del recipiente.

- Si los granos no van a usarse en un par de semanas, empaquetarlos igual que cuando se guardan en la nevera y ponerlos en el refrigerador. No se debe congelar café molido.
- Guardar pequeñas cantidades de café recién molido en bolsas resellables, presionando para que dentro de la bolsa quede la menor cantidad de oxígeno y maximizando el frescor del café.
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